sábado, 28 de diciembre de 2024

[Novela] Vagabundos Lejanos—volumen 1, capítulo 4

 Capítulo 4: 

Un hombre caballeroso

Viajando por Jianghu; llevando vino mientras caminamos

El hombre vestido de negro y la chica vestida de púrpura pronto empezaron a pelear. Zhou Zishu los observaba con la claridad de un testigo: a diferencia de aquellas presuntas sectas honorables, las técnicas de artes marciales de los dos en realidad no eran similares, pero sus grados de crueldad eran casi iguales. 

Después de catorce y tantos movimientos, el hombre de golpe le hizo fintas a la chica, que acercó una palma, y entonces le dio una patada en el punto de acupuntura shanzhong²⁶. Al espetar un «pf» calladamente, ella giró de lado para evitarla, y sus dedos se convirtieron en una mano levantada, que hachó hacia abajo, claramente queriendo romperle la rótula de inmediato. Contra las expectativas, un clic clac repentino vino de los pantalones del hombre, tras lo cual un cierre de resorte salió de la pantorrilla y soltó una pieza de flecha que se dirigió directa hacia la mandíbula de ella. 

Sus técnicas eran buenas y aparentemente superiores a las del hombre; sin embargo, ella no esperaba que él tuviera un truco tan barato. Sobresaltada, intentó esquivar otra vez, pero ya era demasiado tarde. 

Por fin, se utilizó la piedra que Zhou Zishu había guardado en la palma, dando justo en la punta de la flecha para que a ella le pasara de manera riesgosa por el pelo en las sienes. 

A pesar de haber sufrido una peligrosidad así, no parecía que ella tuviera el post-miedo que tendría una persona típica; en su lugar, perdió los estribos de humillación. Sin vacilar ni un momento, su mano que hachó se convirtió en una garra, le agarró la pierna del hombre y la partió en dos. Él gritó mientras le rompían el hueso completamente. Pero ella no descansó; estirando la mano pequeña y semejante a una cebolleta para acumular luz azul en la palma, a sangre fría, golpeó al hombre vestido de negro en el pecho, que voló hacia atrás, esa pierna rota se curvó hacia arriba y su tez rápidamente se tornó de un gris purpúreo. Con ojos que sobresalieron hasta el punto de amenazar con partirle los párpados, la apuntó y dijo:

—Eres la púr... pura... 

¿Púrpura qué? No llegó a decirlo, ya que sus ojos se pusieron en blanco para ir a visitar al rey Yan²⁷. 

La anciana cercana, viendo lo feroz que esta mujer bonita luchaba, tenía demasiado miedo de mover. Por otro lado, el adolescente, que había estado observando obedientemente, tuvo una reacción más rápida y se apresuró a estar al lado del pescador viejo. 

—Tío Li, ¿cómo está? —le preguntó urgentemente—. Usted... 

Parecía que el hombre aún respiraba. Con toda su fuerza, estiró el brazo para agarrarle la manga del adolescente, que lo levantó rápida y cuidadosamente y lo sostuvo en los brazos. 

Al ver esto, la chica vestida con ropa púrpura se acercó, fue a examinar los párpados del hombre y arrugó el entrecejo. 

—Es el Separador Intestinal de Medianoche —dijo ella sin rodeos—. Además de cuánta sangre que sale, no se le puede salvar, si quieren saber mi opinión. No lamenten la muerte en exceso. 

El adolescente le dio una palmada en la mano y la miró con furia. 

—¡¿Qué estás diciendo?! —gritó. 

Ella frunció el ceño, y un deseo de matar se apareció en la cara encantadora y sonriente una vez más. Como si recordara algo, resistió, se forzó a aplastar ese deseo y se puso de pie con los brazos cruzados sobre el pecho. 

—Eres el cachorrito de una perra que no sabe cuándo alguien está siendo amable contigo —respondió con rictus como si todo esto no tuviera nada que ver con ella. 

La mirada turbia del anciano se quedó fijada en ella por un rato corto, luego la pasó, dio vueltas, se posó justo en Zhou Zishu —que lucía ridículo con la paja que sobresale del pelo al azar mientras se quedaba ante los pies del Buda— y abrió la boca en su dirección. 

Todo el mundo siguió su campo visual para mirarlo también. 

La doncella espetó «oye»:

—Iba a preguntar quién fue el experto que me ayudó entonces, pero no esperé que fueras tú —dijo ella con una sonrisa—. Te invité a beber vino; luchaste por mí. Sucede que ya no nos debemos. 

Todo lo que dijo ella fue bastante innoble y obsequioso, pero, ya que era mujer bonita, Zhou Zishu decidió no discutir con ella; riéndose, se acercó al pescador viejo y luego se sentó en cuclillas junto a él. 

—¿Me llamó, hermano viejo?

El hombre se esforzó mucho por meterse la mano en las solapas, y todos los ocho ojos de las cuatro personas presentes esperaban ver lo que iba a sacar. Después de un largo rato, esforzándose por mirarlo, estiró el puño y se lo pasó a Zhou Zishu. Este último vaciló, luego estiró el brazo para recibir lo que fuera, solo para ver luego un destello de luz cuando una pieza de plata fue puesta sobre la palma. 

—Te voy a... devolver la plata. Te dejé llevar gratis de paseo en barco, así que en lugar... de mí... 

Antes de oír lo que quería que hiciera por él, Zhou Zishu, inseguro de cómo reaccionar, sacudió la cabeza e hizo ademán de ponerse de pie cuando, inesperadamente, el anciano estiró el brazo y le agarró la muñeca con firmeza. 

—En lugar de mí... lleva a este chico a la casa señorial Zhao del lago Tai.

Él no era una mujer bonita, así que Zhou Zishu suspiró: 

—Le digo esto, hermano vie... 

—Una gota... de gracia... e-el... manantial fluido recompensará... —el otro lo interrumpió. 

Zhou Zishu, pasando por alto la puerta de esta pagoda en ruinas y agreste con hosquedad, levantó la vista hasta la noche que abarca todo. En la mente, se preguntó si debía cambiarse de caras; ¿acaso la cara que tenía puesta ahora mismo no estaba lo suficientemente cadavérica y, por lo tanto, lo hacía lucir un vago ingenuo?

Tal vez la vida del anciano pasaba ante los ojos, ya que su mano con la que lo agarraba se hizo cada vez más fuerte, pero su respiración se debilitó en la garganta. Cuando habló flaqueando, había pánico en la voz: 

—¡Debe acumular... acumular la virtud! Tienes tus descendientes... e incluso si tu linaje familiar... se corta, todavía hay la próxima... la próxima vida.

Aquellas palabras fueron similares a un rayo que agresivamente le toca la fibra sensible de Zhou Zishu; parecía que los Clavos de Siete Orificios en el pecho le dolían de nuevo como si fueran a clavarle la piel. La próxima vida, bueno... había hecho tanto mal en su vida, y después de tres años, iba a morir; incluso si la muerte acabara con todo, aún quedaría... su próxima vida. 

Después de un largo rato, suspiró, suavemente tiró la plata, entonces la atrapó de nuevo y despacio la puso en el bolsillo. 

Los ojos ya turbios del anciano se iluminaron; sus labios temblaron unas veces sin que saliera ni un sonido de ellos, después de lo cual la pizca de luz en su mirada se atenuó despacio. La mano que se aferraba a Zhou Zishu ya no tenía fuerzas para continuar, cayéndose sin rigidez, y su boca seguía castañeteando como si dijera algo. 

Zhou Zishu le acercó despacio la oreja a la boca solo para luego escucharlo detenerse y empezar mientras decía: 

—Si tú... si no lo haces... si tú... voy a... descender... y j-joder... a dieciocho generaciones... de tus antepasados... 

Zhou Zishu se puso derecho sin tener nada que decir en absoluto. Después, la cabeza del anciano colgó a un lado y dejó de respirar, lo que hizo soltar llanto trascendental al joven. 

La anciana, pareciendo ser algún tipo de niñera, estaba de la cabeza, fuera de sí, a medida que se secaba las lágrimas junto con él. Zhou Zishu automáticamente se puso de pie a un lado con la doncella vestida de púrpura, cuyos ojos grandes lo miraron de arriba a abajo. 

—Mi Amo dijo que eras poderoso, pero aún no he visto eso ¿De qué secta eres? ¿Cómo te llamas? —le preguntó ella en voz baja. 

Mordiéndose el interior de la mejilla, dijo estudiosamente: 

—Este sin talento es Zhou... Zhou Xu. No pertenezco a ninguna secta, no siendo nada más que un alma solitaria, un fantasma de las llanuras que vagabundea por Jianghu. Aún no te he pedido tu nombre, señorita.

Ella lo evaluó por un rato, luego sacudió la cabeza. 

—Si no estuviera mirando esa cara fantasmal y enfermiza tuya, en realidad habría podido tomar en serio tu forma de hablar. Me llamo Gu Xiang. 

Ella jamás había oído hablar de nadie llamado «Zhou Xu» en Jianghu. Además, eran desconocidos que se habían conocido por casualidad; sabía que no había mucha verdad que descubrir, así que no lo tomó en serio ni se preocupó. Al dar unos pasos al frente, le dio una palmadita al adolescente en el hombro y le dijo: 

—Escúchame: ya está muerto, entonces también podrías sepultarlo. ¿La gente sigue persiguiendo a ustedes dos?

Al recordar infelizmente cómo ella acababa de decir algo irreverente con poca seriedad, resopló un poco y la miró con furia. En este momento, no tenía forma de descargar los sentimientos de pena e ira de los que estaba lleno. Tener a una chica tan sin tacto y terrible ante él le hizo desquitarse por dentro la ira con ella, como si ella misma hubiera matado al hombre. 

Se arrugaron las cejas bien parecidas de Gu Xiang. Aunque sus artes marciales eran altas, no era tan vieja, y tenía algo de una vena mala. ¿Por qué iba a tolerar el descargar repetido e ingenuo de rabia de este niño? Ella levantó la palma para golpearlo, pero, inesperadamente, su muñeca la agarró Zhou Zishu. 

Lo único que sintió ella fue una mano gélida que se le pegaba a la muñeca, pero solo porque no sentía dolor no significaba que no pudiera sentir toda la fuerza que el hombre estaba ejerciendo. Tanto incapaz de poner en marcha su mano levantada como incapaz de sacarse de encima a él, ella no pudo evitar echarle un vistazo estupefacto a este hombre de aspecto desnutrido y semejante a un fantasma enfermizo. "El Lord tenía tan en alta estima a un tipo así, y, sí, tiene unas habilidades de las que no puedo decir la profundidad", pensó ella. "Si de veras lucho contra él, es probable que no zafe fácilmente yo". 

Se le dieron vueltas los pensamientos, y al calcular la situación muy rápidamente, ella pronto se dio cuenta de su propio peso, obedientemente retiró la mano y sonrió mientras lo miraba. 

—Te doy esta cara. —Luego, ella se dirigió de nuevo al adolescente—. ¿No te funcionan los ojos, pequeño bastardo? —regañó—. ¡Yo, tu maldita tía, solo estaba pasando! Vi lo lamentables que eran ustedes y les ayudé de paso. ¡No actúes como si yo hubiera matado a toda tu familia! Si tienes un poco de desfachatez, debes estar encontrando a tus enemigos para buscar vengarse de ellos. ¡Mira lo estúpido que eres tú! No solo sostienes a un hombre muerto mientras lloras como un caballo que orina, sino que también me desafías el temperamento alegre. ¡Es genial que incluso te pueda tolerar!

La chica era bastante ingeniosa, pero la forma en que hablaba era muy desagradable para los oídos. 

Exasperado, Zhou Zishu fue a consolar un poco al niño, solo para que el adolescente se quedara atónito durante mucho tiempo después de haber oído esto. Entonces, se dio la vuelta de repente, se secó las lágrimas con fuerza, se arrodilló en el suelo y se postró dos veces ante Gu Xiang con un «pum pum». 

—Entiendo tu tutela, señorita. Te he ofendido —susurró. Apretó los dientes con tanta fuerza que su rostro se estiraba algo hasta una línea aguda. 

Gu Xiang, ahora, era la que se quedaba atónita, dando medio un pasito atrás y parpadeando los ojos grandes y similares a una semilla de albaricoque. 

—Yo... Yo no te dije que te postraras ante mí. L-levántate, ahora. 

Zhou Zishu entonces se encorvó un poco para ayudarlo a levantarse con delicadeza, lo que el joven, por alguna razón, lo permitió. 

—Primero... enterremos al Hermano Li —el primero dijo—. Pase lo que pase, me confió la misión de enviarte en tu camino. Si no tienes prisa por salir a la carretera para más tarde, puedes pasar la noche aquí y explicarme lo que pasó. 

El adolescente accedió en silencio. Zhou Zishu lo ayudó a buscar un lugar detrás de la pagoda abandonada en el que enterrar al anciano. 

Gu Xiang, observando desde fuera todo el tiempo, probablemente terminó sintiéndose un poco conmovida también, ya que salió corriendo para cortar una pieza de madera y traerla. Sacando una daga de la cintura, talló una lápida rudimentaria. 

—¿Cómo se llama? —preguntó ella. 

El adolescente pensó por un rato, solo para luego sacudir la cabeza. 

—Solo nos dijo que se apellidó Li. Había recibido la bondad de mi papá, así que arriesgó la vida para salvarnos. Lo llamaba «Tío Li»... pero no puedo decir cuál es su nombre completo. 

Zhou Zishu suspiró interiormente. ¿No era la gente de Jianghu el tipo de persona que devolvía la bondad con la bondad y el odio con el odio? ¿Importaba si su nombre quedaba atrás o no?

Gu Xiang inclinó la cabeza, luego grabó las palabras 'Tío Li, Un Hombre Caballeroso' trazo por trazo en el pequeño monumento de madera. Una vez que terminó, lo escudriñó, probablemente sintiéndose bastante satisfecha, y se lo dio a Zhou Zishu.

—Echa un vistazo. ¿Es bueno, o no?

Lo recibió y lo leyó. Al carácter para «tío» le faltaba un trazo. Sintiéndose algo consternado y sintiéndose algo inseguro de si debía reír o llorar, usó el dedo para llenar el trazo por ella, luego lo puso encima de la tumba inimitablemente sencilla y desolada. 

El adolescente se agachó y se postró tres veces, haciendo todo lo que podía para contener las lágrimas; entonces se enderezó la espalda y se puso de pie. 



Notas de la traductora: 

26.  膻中 (dànzhōng / shānzhōng): El punto de acupuntura que está en el centro del pecho.
27. 阎王 (yánwáng): el Dios de la Muerte y el soberano de Diyu (el reino de los muertos) que supervisa a los «Diez Reyes del Infierno» en la capital Youdu. Básicamente, el hombre murió. 










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