Viajando por Jianghu; llevando vino mientras caminamos
—Me apellido Zhang. Me llamo Zhang Chengling.
El adolescente estaba sentado. En su cara redonda, había alguna cosa muy negra, aun así, aunque se le había desgarrado la ropa, aún se podía ver su sustento bordado, que ninguna familia plebeya habría podido permitirse.
—Zhou... —hizo una pausa, inseguro de cómo debía dirigirse a este hombre muy pobre y sin hogar.
—«Tío» está bien —respondió Zhou Zishu, insensible y desvergonzado.
Zhang Chengling se forzó a sonreír, pero no tuvo mucho éxito, y bajó la cabeza. Con esa inclinación de la cabeza, su campo completo de visión era de los terrenos de la pagoda, que estaban cubiertos de polvo y de paja, y su mente estaba en blanco. En un instante, no estaba seguro de qué noche era; el incidente de esta noche había sido tan grande que hizo que su mente no pudiera procesar al ritmo de la situación.
—¿Zhang Chengling? —masculló Gu Xiang—. Me suena familiar eso.
—¿Es tu padre el gran héroe Zhang, el señor de la casa señorial río Sur? —preguntó Zhou Zishu.
Sorprendida, Gu Xiang espetó:
—¿Eres el hijo de Zhang Yusen?
Ella no ocultó, en lo más mínimo, la expresión de incrédulo que tenía puesta en la cara, abiertamente mostrando su duda: "¿Cómo pudo Zhang Yusen tener un hijo tan basura como tú?"
Vislumbrando claramente eso, Zhang Chengling bajó la cabeza aún más, cerró los puños y los retrocedió hasta ambos lados del cuerpo.
Zhou Zishu rápidamente interrumpió el ataque mental enormemente letal de Gu Xiang —ya había descubierto el talento de esta jovencita para decir cosas que a nadie le encantaban oír—, así que tosió secamente.
—No pude darme cuenta. Perdón por la falta de respeto.
—Tu padre parece tener algo de fama... Me enteré de él cuando llegamos ayer. Supuestamente, cuando era joven, tenía bastante talento, y el capital de su familia creció mucho en los últimos años, así que se instaló aquí de semi-jubilación. Nunca se entrometió en mucho, muchos invitados de buenas artes marciales estaban en su casa señorial y nadie quería ir a causarles problemas. ¿Quién perseguiría al hijo de un anciano así a la medianoche? —preguntó Gu Xiang, con palabras que salieron de la boca como si derramara frijoles.
Había irreverencia en su tono, como si a ella no le preocupara esto, y la anciana cercana se puso infeliz, diciendo:
—Nuestro Señor era altruista de excelencia y héroe, tenía amabilidad en el corazón y era extremadamente recto. Algunos que se metían en problemas venían a buscarlo, y no importaba si los conocía o no, se ponía manos a la obra para ayudar a los necesitados...
Gu Xiang se rio en burla.
—Vale, viejita, todos sabemos que este mocoso tiene un viejo muy capaz —dijo ella en tono muy espeluznante—. ¿Qué podía hacer este héroe grande y valiente? ¿No lo mataron de todos modos a la medianoche...?
Zhang Yusen tenía cincuenta años, y al decir que era alguien de gran virtud y de alta estima, sería una reputación fiel a su fuente. Después de haber tomado una esposa y haber tenido un hijo, rara vez, se movía en Jianghu, pero si había un congreso en el círculo marcial o en algo, generalmente, lo invitaban como muestra de respeto. Zhou Zishu creía que el difunto tenía gran eminencia, al fin y al cabo, y si bien era posible que esta jovencita no tuviera la intención de serlo, estaba siendo demasiado irrespetuosa. Por lo tanto, la interrumpió con una pregunta:
—¿Quién fue el que acababa de perseguirte?
Zhang Chengling se calló un momento, luego susurró:
—El Fantasma Ahorcado, Xue Fang.
—¿Quién dijiste?
—¿Quién dijiste?
Zhou Zishu y Gu Xiang casi hablaron en unísono total. La ceja de él se arrugó, mientras que el rostro de ella estaba extrañamente estupefacto.
—Fue el Fantasma Ahorcado, Xue Fang —enunció Zhang Chengling—. Oí a los demás llamarlo así, yo mismo...
De repente, chupó un aliento como si hubiera recordado algo o hubiera llegado a entender algo. La noche entera de sangre, fuego y de gritos afloró ante los ojos; empezó a temblar, su cara cenicienta, y todo su cuerpo se retorció, incluso sin poder decir las palabras.
Gu Xiang saltó en estado de shock, señalándolo.
—¿Sufre una convulsión?
Zhou Zishu ayudó a Zhang Chengling con una expresión grave, extendiendo la mano para rozarle el punto de acupuntura que induce el sueño; el joven desfalleció en sus brazos, a quien dejó a un lado cuidadosamente, después de lo cual suspiró.
—Ese era él, ahora mismo, reaccionando a lo que pasó, causado por su mente, que sufre demasiado de un golpe. Déjalo descansar, primero. —Giró la cabeza para preguntarle a la anciana desconcertada—: Tía, ¿alguien conspiró contra la familia Zhang?
Al ver a Zhang Chengling así, la anciana se quedó en blanco otra vez, con mocos y lágrimas que corrieron desordenados durante mucho tiempo antes de lograr explicar las circunstancias: a la medianoche, el patio trasero de la familia Zhang de repente se prendió fuego, después de lo cual, un grupo de personas vestidas de negro vino de la nada, como fantasmas malignos que descienden del cielo.
Lo más aterrador de todo esto fue que, de esos «expertos marciales», que normalmente habían despertado sobresaltados por el viento que sopla cualquier otro día, ninguno había podido despertar, llegando al final de su camino antes de que incluso pudiera darse cuenta.
Solo había habido el Viejo Li, un hombre extraño, que había llegado a la ribera de Suzhou hace cinco años. Había hecho unos trabajos menores como barquero, pero siempre había estado protegiendo a la familia Zhang en secreto, mientras que, al mismo tiempo, se negaba a entrar a la casa señorial. Según lo que había dicho, había comido la comida de los Zhang, así que era un matón invitado al que otro había cuidado (se había negado a hacer tanto, habiendo venido a devolver esa bondad).
Gracias a ese engendro, el bueno de los Zhang había logrado dejar atrás su linaje.
Mucho tiempo después, Zhou Zishu suspiró:
—Hermano Li era un verdadero excéntrico dentro de este viento y polvo.
Luego giró hacia la anciana, que no era más que una niñera que hacía trabajos forzados y no entendía nada, su mente, un grumo de pegamento solo acompañado de lágrimas que caen.
—¿Tiene parientes, tía?
Ella asintió con la cabeza:
—Un sobrino en el sur de la ciudad.
Zhou Zishu sacó un yuanbao²⁸ de oro y se lo dio a ella.
—Tome esto y planifique un escape. Como yo lo veo, que usted sigue al señorito de los Zhang es de suma lealtad. A su vejez, no debería estar acompañándolo a dormir al aire libre y a comer el viento.
La mujer tomó el lingote y lo mordió subconscientemente, entonces, cuando se dio cuenta de lo que había hecho, sonrió un poco arrepentida. Ya no llorando, se relajó su tono:
—Vale. Esta sirvienta es tan envejecida que desanimaría al señorito.
Ella aceptó la acuñación, simplemente no deseando quedarse en este lugar lleno de paja y de muertos, y, por consiguiente, dijo que se iba a salir, pensando que nadie le haría nada como obrera común. Zhou Zishu no expresó nada viéndola irse con agradecimiento.
Cuando llegó la medianoche en su totalidad, sintió como si le estuvieran apuñalando el pecho con una aguja pequeña; sabía que los Clavos de Siete Orificios le molestaban de nuevo. Este tipo de dolor no era el dolor de carne que se desgarra, ni era el dolor sordo de lesiones internas, sino que más bien era como si alguien tomara un cuchillo pequeño y, con indiferencia, le cortara todos los meridianos del cuerpo, poco a poco.
Era bueno que ya se había acostumbrado a ello durante más de un año, nunca revelando que nada andaba mal. Ya que usaba una máscara de piel humana, Gu Xiang no podía ver su tez.
Recordando su falta de tacto al mencionar a Zhang Yusen y a su Lord aún no visto, Zhou Zishu se forzó a volver a armar su propia atención dispersada para preguntarle:
—¿Ese buen hermano del restaurante de hoy no está contigo?
Gu Xiang se quedó sorprendida.
—¿Cómo supiste que estaba conmigo? —preguntó ella primero, y después, asintió con la cabeza—. Ah, sí, nos oíste hablar... Me di cuenta de que, cuando te hice esa pregunta, de alguna manera, dijiste lo mismo que dijo él. —Hizo puchero, muy desdeñosa hacia esa conducta fraudulenta.
Él sonrió.
—Sí. ¿Está aquí tu Lord también?
Estaba sentada sobre la mesa de incienso, su cabeza inclinada, sin que ninguna de sus piernas tocara el suelo mientras se balanceaban hacia atrás y hacia delante, lo que la hizo lucir muy linda e inocente. Ante su pregunta, se bajaron los párpados, y ella se encogió de hombros.
—Se fue para visitar a su amante.
Que aquel hombre vestido con ropa gris tenía una chica tan bonita a su lado le había hecho creer a Zhou Zishu que era concubina o algo, así que la miró dudosamente.
Gu Xiang arrugó la nariz y lo miró con furia.
—¿Qué crees que debería hacer? ¡Él se acostó con un hombre! ¿Se supone que debo escucharlos haciéndolo mientras hago guardia fuera de la ventana?
Tosió secamente, un poco incómodo, y se frotó la nariz.
—Así no es como se debe comportar una señorita...
Ella le enseñó los dientes como una pequeña bestia; al girar la cabeza, pareció recordar algo y usó la yema del dedo para picar al joven Zhang Chengling, que estaba inconsciente y como muerto.
—¿Crees lo que dijo? ¿Al respecto de que aquel hombre vestido de negro fue el Fantasma Ahorcado?
Zhou Zishu vaciló.
—Si... si se refería al Fantasma Ahorcado de Cresta de Bambú Verde y a los Fantasmas malignos...
Ella le echó un vistazo levemente burlón.
—¿Conoces a más? ¿Cuántos fantasmas ahorcados hay en el mundo?
Zhou Zishu sacudió la cabeza, entonces pensó hablar, solo para que luego el dolor sordo del pecho hiciera que su voz se detuviera. Lo único que podía hacer fue adoptar una expresión pensativa y luego continuar más tarde.
—Se rumorea que hay un valle entre los Precipicios de Viento y la Cresta de Bambú Verde, lo que la gente lo llama el Valle de Fantasmas. En los últimos años, las personas más atroces del Jianghu han buscado refugio allí; una vez que no se tiene a dónde ir, se va al Valle, y tan pronto como se entra, ya no es humano, y todos los rencores del mundo mortal se han ido. Si se puede sobrevivir a eso, eso sería considerado como algo que desafía la muerte. Es más, porque las leyendas relacionadas con el Valle son demasiado aterradoras, cualquier enemigo ya no se molestará con ellos. He oído hablar de que Xue Fang era violador en aquellos tiempos, quitándoles la vida de veintiséis jovencitos y jovencitas, uno de los cuales había sido el discípulo más joven del líder de la secta Emei²⁹. A él lo persiguieron las seis sectas principales, y se vio obligado a esconderse en el Valle de Fantasmas de Cresta de Bambú Verde.
Gu Xiang parpadeó.
—Dime, entonces: ¿era o no era Xue Fang?
Él sonrió.
—Xue Fang ha sido famoso durante treinta años como un degenerado extremadamente violento. ¿Cómo pudo ser liquidado rápidamente por una jovencita como tú?
Ella casi explotó al principio, pero, después de pensarlo, asintió con la cabeza, sintiendo que él había tenido sentido.
—Es cierto. Si realmente maté al Fantasma Ahorcado, así como así, entonces las tumbas de mis antepasados deben estar emitiendo humo³⁰... Pero no tengo padres, y no sé dónde están las tumbas de mis antepasados. Tal vez no haya ninguna, así que no habría humo en absoluto... No era, indudablemente, el Fantasma Ahorcado.
Zhou Zishu no entendió cómo ella se las había arreglado para vincular el humo de tumba con el Fantasma Ahorcado. Al verla estar orgullosa como si hubiera comprendido algo, a él no le pareció bien humillarla. Su dolor era tan terrible, pero no emitió ni un sonido, e inclinándose hacia un lado para descansar, lo soportó a la espera del amanecer.
Los Clavos de Siete Orificios, inevitablemente, le molestaban a la medianoche todos los días, por lo cual siempre se acostaba más temprano; estaría bien descansado para cuando llegara la hora de la Rata³¹, y lo soportaría durante la mitad de la noche. Inesperadamente, su día lo habían perturbado y no sería capaz de volver a dormir la segunda parte de la noche, así que se vio obligado a apretar los dientes y a soportarlo silenciosamente. No fue hasta que el Naciente fue bañado débilmente con blanco, que todo se calmó despacio, y sintió que todo su cuerpo ya estaba un poco entumecido.
Reguló la respiración un rato.
De repente, Gu Xiang —que se apoyaba contra un nicho con una cabeza bajada, durmiendo— se despertó con un sobresalto, con sus ojos, en forma de núcleo de albaricoque, que giran a su alrededor.
—Alguien está aquí —dijo ella brevemente.
Zhou Zishu arrugó la ceja; por supuesto, lo había oído también. Quería ponerse de pie de inmediato, pero tropezó y no lo pudo hacer. Girando la cabeza, vio que Gu Xiang lo miraba extrañamente, lo que le obligó a susurrar mientras se ponía de pie cuidadosamente con la mesa de incienso:
—Se me durmieron las piernas.
Fue una excusa bastante terrible, lo que hizo que su expresión se pusiera aún más extraña.
El amanecer era justo sobre la hora del día en que estaba en su punto más débil. Ese breve ejercicio respiratorio no pudo hacerlo sentir cómodo, así que no estaba muy contento de luchar contra nadie.
—Ocúltalo y escóndete —le dijo en voz baja.
—¿Esconder? ¿Esconder dónde? —Ella lo miró fijamente con los ojos grandes e ignorantes.
Sintió un episodio de impotencia.
Ya no había tiempo para actuar, ya que un grupo de personas enmascaradas forzó la entrada de una manera bien organizada. El segundo que vieron al inconsciente Zhang Chengling, agresivamente salieron disparados hacia delante sin decir ni una palabra. Zhou Zishu todavía estaba apoyado sobre la mesa de incienso; cuando vio a uno de ellos dar cuchilladas por debajo hacia el adolescente de forma directa al grano, su figura pasó como un rayo, con movimientos que no se pueden ver con claridad, y luego, esos dedos, que estaban tan delgados y arrugados como la máscara de piel humana sobre la cara, aferraron el cuello del hombre.
La persona enmascarada no siquiera tuvo tiempo para dejar salir un grito; todo el cuerpo se retorció y ya no respiró.
Ese movimiento, más allá de violento, tenía un efecto disuasorio verdadero; todas las personas enmascaradas no pudieron evitar parar en seco, evaluando vigilantemente a este enfermo que parecía que no podía mantenerse firme.
Gu Xiang hizo trompetillas interiormente, saltó de la mesa de incienso y se paró detrás de él.
Con una mirada a su alrededor, Zhou Zishu sabía que estas personas simplemente estaban vestidas para intimidar. Al ver lo cautelosos que estaban siendo solos, no deben de ser peones asesinos (si ellos fueran los asesinos de Ventana del Cielo, incluso si se le retorciera el cuello, todavía se le fueran encima al blanco sin vacilación, por no hablar de la muerte de un compañero). Ellos, definitivamente, no eran los legendarios Fantasmas malignos, ya que todos actuaban por separado, nunca tan sincronizados como estos. Parecía que estaban tomando deliberadamente de punto a la familia Zhang.
Enderezó las mangas metódicamente, como si esta ropa andrajosa fuera aquellas túnicas largas con bordes plateados que se agitan desde hace mucho tiempo. A mitad de la acción, le pareció que no era demasiado apropiado, así que paró, sonrió sin ninguna razón y dijo:
—Es tan temprano por la mañana, todos. Sin siquiera presentarse, salten sobre un niño desarmado así; bastante vergonzoso, ¿no?
Notas de la traductora:
28. 元宝 (yuánbǎo): era un tipo de moneda de lingotes de oro y de plata utilizada en China imperial.
29. 峨眉 (éméi): se basa en la montaña del mismo nombre que se encuentra en la provincia de Sichuan de China. Es la más alta de las Cuatro Montañas Sagradas Budistas de China.
30. El humo que sale de una tumba es una metáfora sarcástica de la suerte rotunda.
31. De las 11 p. m. a la 1 a. m. o de las 23:00 a la 1:00.
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