lunes, 23 de junio de 2025

[Novela] Vagabundos Lejanos—Volumen 1, capítulo 6

 Capítulo 6: 

Una belleza

Viajando por Jianghu; llevando vino mientras caminamos

No obstante, nadie en los alrededores dijo ni pío. Después de una escena en la que se intercambiaron miradas rapidísimas, dejaron de preocuparse por Zhang Chengling y despacio formaron un círculo para acorralar a Gu Xiang y a Zhou Zishu. 

Gu Xiang suspiró en voz baja: 

—Qué horóscopo desafortunado... Si uno no hace trescientos años de buenos actos, un movimiento armará pleno lío. Hermano Zhou, soy mujer delicada que nunca ha visto un espectáculo tan grande, y me hace temblar el corazón de miedo. Por favor, protégeme. 

Esa parte final simplemente fue una maravilla de forjar palabras, que las elaboró alguien que no descansaría en la muerte si su prosa no impresionara. Zhou Zishu casi se atragantó con su propia respiración, echándole un vistazo muy desagradable a Gu Xiang, quien no estaba aturullada, sin que la cara se pusiera roja y sin que el corazón latiera con fuerte. 

Ella lo miró también con ojos pequeños y muy resentidos. 

Las personas enmascaradas evidentemente sintieron que la conversación íntima, franca y cargada de motivos ocultos había llegado más o menos en un momento inoportuno. Se desconocía quién hizo el silbato; encabezado por un individual que tomó la iniciativa de atacar, la gente detrás de él siguió para formar una formación como una red, presionando a las dos vidas humanas en su interior. 

Solo entonces se puso seria Gu Xiang, con una exclamación de asombro en los labios; al volverse curiosa, dejó de fingir debilidad, ignoró a Zhou Zishu y luego sacó las dagas pequeñitas suyas con las que saludar a los demás. 

El segundo en que ella empezó a luchar, se dio cuenta de que su formación era formidable. Había tenido cierta confianza en sus propias artes marciales —si se extrajera a una sola persona de sus catorce oponentes, puede que no fuera rival para ella— pero a ella la hacían retroceder constantemente, como si innumerables manos e innumerables pies sobresalieran en todas direcciones, pareciéndose a un mar tempestuoso. La presión llegó al punto en que tuvo que retroceder cuando luchaba, y junto con ella, la formación se contrajo hasta que se vio obligada a entrar en una vía muerta. 

Por dentro, estaba alarmada, ya retirándose para estar al lado de Zhou Zishu. Se pararon espalda contra espalda; se volvió sombría la mirada de Zhou Zishu cuando miró fijamente a sus enemigos sin parpadear. 

—Tengo una idea general —le suspiró a Gu Xiang. 

Un poco demasiado abrumada para reaccionar, se formaron unas gotas de sudor en la frente. 

—¿Qué... formación es esta?

—Nunca he visto una antes, pero he oído hablar de un tipo de formación formada por catorce personas y conocida como Devastación Omnidireccional. Pasa sin descanso, nunca agotándose. Con coordinación apropiada, las fallas de cada individual se pueden compensar con otra, haciéndolos sin faltas...

Gu Xiang gritó por sorpresa cuando Zhou Zishu levantó la propia mano y sorprendentemente la usó para darse con el filo de una espada que baja, desviando con firmeza el sable que da hachazos. 

—¿Qué hacemos, entonces? —preguntó apresuradamente Gu Xiang. 

No le respondió. Al enfocar la visión, de repente saltó arriba; el momento en que pisó la mesa de incienso, la cosa gastada con su capa de polvo acumulado, pareciendo no tener fuerza y balanceándose sin parar. Desde entonces, había usado esa cantidad de movimiento para elevarse corporalmente más alto una vez más; tres personas rápidamente saltaron junto con él, bloqueando todas sus rutas de escape con el resplandor de sus espadas. Sin embargo, inesperadamente, retrocedió de manera bastante avanzada: su cuerpo, moviéndose como un pez en el agua, serpenteó por pétalos y rodeó los árboles, y, en un abrir y cerrar de ojos, se había acercado girando al lado de la estatua de Buda. 

Justo después, no estaba claro cuánta fuerza ejerció, pero con un resoplido leve de esfuerzo, estiró el brazo y empujó, empujando la estatua de piedra hacia delante con la palma, Por dentro, se dijo: "Nuestro Buda, tenga piedad; ayude a su seguidor, solo por esta vez".

Se desconocía cuánto pesaba la estatua de Buda, mezclado con la fuerza del viento que avanza. Gu Xiang saltó de miedo, rápidamente giró para esquivar y sintió que el viento le rozó el cuero cabelludo. Los tres atacantes de Zhou Zishu todavía estaban en el aire; sin haber previsto una técnica de locomoción tan rápida, no tenían forma de enfrentar a este poder y menos aún de escapar. Lo único que podían hacer era arriesgar todo su poder con un bloqueo unificado, pero, ¿cómo podrían detenerla? La estatua los arrojó a un lado, e improductivamente se abrió un agujero a tirones en su formación hermética. 

—Qué divertido —dijo Gu Xiang con una risita.

Sin embargo, no se ralentizaron sus movimientos. Con el levantamiento de su mano, se salió disparado un dardo tan rápido como una chispa de la manga. La persona que se opuso a ella lo tomó de frente, justo a la cara, y el enmascarado cayó hacia atrás antes de poder hacer un solo ruido.

Los restantes ya no controlaron la situación. Gu Xiang se volvió sanguinaria, ignorando todo para pelear. 

Zhou Zishu acaba de agotar todo su qi interno —que aún no había recuperado completamente— en ese único movimiento. Se entumecieron las extremidades por el momento, así que ya no se hizo el valiente, sentándose con calma sobre la mesa de incienso. 

Pasó un buen rato antes de que Gu Xiang pudiera reaccionar ante eso, quien giró la cabeza para gritarle entre el millón de cosas que estaba haciendo: 

—¿Qué haces, Zhou Xu?

—Hermanita Gu, soy mendigo delicado que nunca ha visto un espectáculo tan grande, y me hace temblar el corazón de miedo. Por favor, protégeme —le respondió con calma. 

Estaba tan enfadada que le tembló la mano. Un hombre enmascarado fue apuñalado en el pecho, en el cual la daga se le clavó en las costillas, incapaz de ser sacada de nuevo. 

Gu Xiang era ágil, pero no podía pelear por mucho tiempo. Esta pérdida de su arma la puso un poco nerviosa, y se retiró tres pasos, esforzándose por sostenerse. Zhou Zishu despacio exhaló, sin embargo, no tenía prisa por actuar, sonriendo a medida que los veía pelear. Recogió un montón de piedrecitas, jugó con ellas cuando las sostenía; luego, bruscamente, disparó una, dándose directamente con la frente de un hombre enmascarado, que había estado a punto de atacar furtivamente. 

Al mismo tiempo, abrió la boca y señaló: 

—Nada bueno, nada bueno en absoluto; tus movimientos no tienen estructura. 

Con una acción tan rápida como un rayo, otra piedrecita salió disparada, dándose con el punto de acupuntura huantiao³² de alguien. Se volvió inestable por debajo de la cintura, luego de repente salió despedido hacia delante, tirándose, de casualidad, ante los pies de Gu Xiang. Ella, de modo subconsciente, levantó el pie; había un destello de luz en sus zapatos bordados, cuando un cuchillo corto, que salió disparado, le clavó la garganta al hombre. 

—Por debajo de la cintura está la base —oyó decir con calma a Zhou Zishu—. Actuar sin raíces es actuar sin confianza; ¿cómo no iba a haber una metedura de pata?

Gu Xiang era una persona extremadamente brillante. Tan pronto como se agachó para evitar la espada, lanzó la pierna para darle una patada en la curvatura de la pierna. El hombre se tambaleó hacia delante, tras lo cual, rápidamente extendió la mano para interrumpirle el centro de pulso³³, le tomó el sable largo y disparó la palma para darse con su punto de acupuntura baihui³⁴, enviándolo a ver al rey Yan. 

Zhou Zishu disparó otra piedrecita para darse con el lado del punto principal de acupuntura jianjing³⁵ de otra persona. El hombre ya había estado en el medio de lanzarse hacia delante cuando lo golpearon de repente, solo sintiendo que la mitad de su cuerpo quedó paralizada, ya sin poder moverse. Por eso, se cayó al suelo en función de su propia inercia. 

Gu Xiang oyó al mendigo enfermo cuando dejó salir un lamento medio veraz de: "Nada bueno, todavía nada bueno. La formación se ha desmoronado, pero eso no es una excusa para asumir riesgos; deja de subestimar las cosas". 

Ante eso, Gu Xiang inmediatamente dio un paso de loto muy ágil. El hombre enmascarado, quien se había lanzado con una espada repleta de fervor, fue evitado, girando su espada de modo subconsciente; sin embargo, a ella le envió una debilidad expuesta directamente a las manos, deshaciéndose con facilidad de dos personas más también. 

Había cadáveres que fueron dispuestos en una pila en el suelo. Al ver que las cosas no iban bien, los pocos restantes se miraron y, después, se retiraron. Zhou Zishu arrugó la ceja, pensándose que estas personas eran bastante molestas. A pesar de que había prometido escoltar a este adolescente a la familia Zhao del lago Tai y lo que sea, no quería tratar con toda esta persecución a lo largo del camino. Si se les permitiera correr, probablemente tendrían que lidiar con ellos otra vez en el camino. 

Al recordar cómo estas personas habían conspirado contra alguien más, habían exterminado a toda una familia hasta el último miembro y ahora que iban a huir, no había nada bueno en marcha. 

Lo único que vio Gu Xiang fue una demostración nublada ante los ojos cuando una figura pasó rápidamente. El hombre, quien acababa de estar sentado sobre la mesa de incienso, ahora se parecía a un sauce llorón tan liviano como una pluma, repentinamente posándose en la entrada de la pagoda. El hombre vestido con ropa negra, quien estaba a la cabeza, se sorprendió. Estaba a punto de usar el hombro para alejarlo, solo para luego darse cuenta de que un repiqueteo anunció que le habían arrancado el hombro de la cavidad ósea. Zhou Zishu le agarró el cuello del hombre y lo torció fuertemente, usando solo la fuerza de los dedos, y después, usó la punta de los dedos del pie para recoger un sable que se había quedado a medio camino. 

Se apareció una sonrisa horrible e inquietante en esa cara verde amarillenta. 

Gu Xiang sintió que no tuvo tiempo para reaccionar en absoluto antes de que aquellas personas enmascaradas, quienes corrieron hacia la puerta, se convirtieran todas en cadáveres. No pudo evitar parpadear, sorprendida en el fondo; había creído que, basado en la forma de hablar del tipo, era como esas personas locuaces y nacidas de sectas grandes, sin embargo, él había callado a todos de una manera tan eficiente y violenta, que estaba un poco insegura de quién era él exactamente. 

Sin embargo, Zhou Zishu no en absoluto era tan majestuoso como se imaginaba ella. Sus piernas todavía estaban un poco débiles, ya que, después de posarse en el suelo, no se había detenido para descansar. Esta pausa después de haber matado a todos lo hizo algo incapaz de quedarse quieto. Se negó a dejar que Gu Xiang lo viera, así que usó su cantidad de movimiento para retroceder tres pasos; parecía grácil su figura, pero, en realidad, estaba buscando tercamente una manera de mantenerse erguido mientras lo hacía. 

De repente, un par de manos extendió por detrás de él para apoyarlo con estabilidad. Saltó, sin tener ni idea de cuándo se había acercado esta persona, poniéndole de inmediato los pelos de punta. Por suerte, el otro simplemente lo sostuvo, sin hacer nada más. 

Se iluminaron los ojos de Gu Xiang. 

—¡Amo! —exclamó ella. 

Solo entonces Zhou Zishu exhaló levemente, irguiéndose para darse la vuelta. El que lo había apoyado, de hecho, fue el hombre vestido con ropa gris del restaurante; al mirarlo con atención, no tenía más que veintiocho años. Se podían describirse sus rasgos como guapos, pero cada vez que esos ojos miraban fijamente a alguien, inevitablemente lo incomodaban bastante. 

Ahora mismo, miraba fijamente a Zhou Zishu con una mirada que parecía querer cavar por debajo de su rostro. Fue bastante grosero. 

Zhou Zishu tosió secamente. 

—Mil gracias a... 

—Wen. Wen Kexing —le respondió el hombre. Después algo de una mirada suspicaz apareció en el rostro; sus ojos se posaron en el cuello y las manos de Zhou Zishu, tras lo cual la mirada pareció volverse aún más pronunciada. 

A pesar de no tener ni idea de lo que miraba este tipo, Zhou Zishu no se inmutó. Conocía bien su propia artesanía; si fuera fácil de detectar, su cuerpo y su cabeza habrían terminado en espacios separados hace diez años. 

—Ah, bueno. Mil gracias, Hermano Wen —le dijo con calma. 

El hombre observó durante mucho tiempo, aunque no estaba claro qué observaba. Después de un rato, apartó los ojos e inclinó la cabeza. 

—No hay necesidad —diciendo eso, entró dando zancadas a la pagoda desgastada. Gu Xiang ya se había apresurado a patear unos cadáveres a un lado y a colocar paja para que él tuviera un lugar limpio para sentarse. Luego, este «Wen Kexing» echó una mirada a Zhou Zishu otra vez, y, como si pensara que no había hecho lo suficiente, explicó específicamente—: no me interesas. 

Zhou Zishu ahora comprendió de dónde había venido la energía grosera de Gu Xiang. Se sentó a un lado y ajustó la corriente interna. 

Había pasado más de un shichen³⁶ antes de que abriera los ojos de nuevo, solo para luego ver a Wen Kexing apoyarse contra la pared con una pierna doblada, con la cabeza inclinada para estudiarlo. 

—¿Hay algo en mi cara que te haga escudriñarla durante tanto tiempo? —tuvo que preguntarle. 

—¿Te cambiaste de caras? —le preguntó Wen Kexing, sin expresión. 

El corazón de Zhou Zishu se constriñó, sin embargo, todavía lucía indiferente en apariencia. 

—¿Qué?

El otro lo ignoró, hablándose: 

—Extraño... muy extraño. De veras, no puedo decir que lo hayas hecho. Si no fuera porque no alteraste las extremidades... hm... —Extendió la mano para frotarse la propia barbilla, y dijo de manera bastante perpleja—: en todos mis años, jamás he juzgado a nadie erróneamente. Con un vistazo a tus omóplatos, y claramente debes ser una belleza. 

Zhou Zishu de inmediato no tenía palabras con las que responderle. 

Wen Kexing asintió con la cabeza y siguió monologando: 

»Jamás he juzgado a nadie erróneamente. Debes haberte cambiado de caras. 

El otro seguía quedándose sin palabras. 

Wen Kexing perseveró en mirarle duro a la cara. Después de un rato largo de mirar fijamente, inclinó la cabeza hacia atrás como para rendirse.  

»Pero, de veras, no puedo detectar ninguna imperfección en ello. ¿Cuánta habilidad se necesitaría para que yo no pudiera ver ninguna imperfección en un pequeño truco del Jianghu así? Es probable que no exista, ¿verdad? No hay manera, no hay manera en absoluto... 

—Amo, señalaste a la espalda de un carnicero de cerdos la última vez y estuviste convencido de que él era una belleza —le dijo Gu Xiang con frialdad. 

—Puede que haya sido un carnicero, pero se le podría llamar hermoso solo sobre la base de sus ojos resplandecientes, que eran bonitos mientras miraban por todas partes —dijo Wen Kexing en voz baja—. Los héroes todavía son héroes, independientemente de sus orígenes, ¿y qué hay del carnicero? ¿Qué entiendes? Los niños no saben nada de la belleza y la fealdad. 

—¿Resplandecientes? ¿Bonitos? —suspiró ella—. ¿No solo bostezó y luego se secó las lágrimas? Y ni siquiera menciona que tenía una nariz amplia, una boca amplia, una cabeza gorda y ojos grandes... 

—A-Xiang, eres corta de vista —le dijo sin vacilar. 

Zhou Zishu, desde entonces, se había puesto de pie despacio y había ido a ver cómo estaba el joven Zhang Chengling. 





Notas de la traductora: 

32. 环跳 (huán tiào): el punto de acupuntura que se encuentra en la unión de la cadera y el sacro. 
33. Está donde los practicantes toman el pulso, situado a 5 centímetros (1,9 pulgadas) de la base del pulgar de la mano derecha. 
34. Situado en la parte superior del cráneo. 
35. Situado en el punto más alto del hombro y el punto medio de la línea que conecta la vértebra y el acromion. 
36. 时辰: en Antigua China, la gente marcó el tiempo con shichen. Hubo 12 shichen al día, y cada shichen duraba dos horas. 











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