lunes, 14 de julio de 2025

[Novela] Vagabundos Lejanos—Volumen 1, capítulo 7

 Capítulo 7: 

En Camino


Viajando por Jianghu; llevando vino mientras caminamos

Zhou Zishu le tocó el punto de acupuntura que induce el sueño al adolescente, solo teniendo miedo de que no se pudiera caber en la cabeza todo esto. Para que se calmara un poco, no usó mucha fuerza, de modo que, después de que entró ese tipo raro Wen Kexing, volviera en sí poco después. 

En cuanto abrió los ojos, calladamente miró el techo de la pagoda por un rato, como si su alma le hubiera abandonado el cuerpo. Antes de ayer, aún había sido el señorito joven de los Zhang, amado y elogiado por todos —incluso si su tutor sacudía la cabeza y decía que era un mocoso que se porta mal, una pared de mugre que no se puede pintar; incluso si su maestro de artes marciales asentía con la cabeza infielmente en su presencia mientras pensaba que era lodo inútil que no se puede pegar a ninguna pared—, y su vida había sido bastante feliz. 

La ropa le llegaba cada vez que abría las manos y la comida le llegaba cada vez que abría la boca. Las sirvientas mayores y niñeras lo habían seguido en asistencia tan pronto como estaba en su habitación; no podían leer muy bien, pero nunca se olvidaron de hacerle compañía en la noche cuando lo hacía. Todo el día, los sirvientes muchachos lo habían seguido, elogiándolo; Zhang Chengling era consciente de sí mismo, pero eso no le había impedido de disfrutar la sensación que provenía desde dentro de esos halagos. Así fue cómo había llegado a la edad de catorce años: dentro de un jarro de miel. 

Sin embargo, en el periodo de una noche, se había ido todo. 

Se había ido su casa, se habían ido sus padres, se habían ido todos sus parientes y sus amigos. Su mundo se había puesto completamente patas arriba, lo que lo alarmó y lo abrumó sumamente. 

Zhou Zishu, sentado en silencio en un lado, podía hablar sin parar y todavía tenía dos manos, pero no se le daba muy bien consolar a otras personas. Zhang Chengling estaba perdido, con dos senderos de lágrimas que se derraman de los ojos. 

—¿Quién es esa cosita? —Se escuchó a Wen Kexing preguntarle a Gu Xiang. 

—El hijo de Zhang Yusen, he oído hablar —le respondió ella. 

Asintió con la cabeza, pareciendo bastante tranquilo, como si el nombre Zhang Yusen fuera una nube transitoria dentro de su corazón. Después de un momento, preguntó: 

—¿También se rumoreaba que los Zhang eran tan pobres que no les queda dinero? ¿Por qué su hijo ha resultado ser así? ¿Se escapó de casa sin traer suficiente dinero, o se perdió y no pudo encontrar el camino a casa?

—Oí hablar de que alguien conspiró contra los Zhang y los aniquiló la noche anterior —susurró ella—. Probablemente, sea un alboroto a esta hora. Te fuiste y te quedaste absorto en tontear anoche, Amo, así que indudablemente no oíste hablar de ello. 

Wen Kexing pensó por un rato, pensó que era lógico y así asintió con la cabeza. 

—No es de extrañar que haya muertos por todas partes. 

Estudió a Zhou Zishu otra vez. 

»Entonces, ¿qué hace él?

—Ese mendigo se hace llamar Zhou Xu. Alguien le dio unas monedas ayer, así que se vendió a sí mismo en llevar a ese mocoso al lago Tai —le dijo con desdén ella. 

Se abrieron los ojos un poco, pareciendo serio cuando reflexionó por un minuto. 

—Entonces, definitivamente él es una belleza —le dijo a ella—. No me equivoco. Solo una belleza puede ser tan estúpida. 

Acostumbrada a esto, Gu Xiang fingió que no había escuchado eso. Mientras tanto, Zhou Zishu no podía entender la profundidad del hombre, así que siguió el ejemplo de ella.

Bajó la cabeza para mirar a Zhang Chengling, quien siguió derramando lágrimas sin hacer ruido. Un poco molesto, se preguntó por qué aquel mocoso no se había detenido todavía; después, le dio una patada ligeramente, tosiendo secamente. 

—Señorito Zhang, si has terminado de descansar, levántate y arréglate. Quedarse aquí demasiado tiempo no sería bueno, ya que muchos perseguidores podrían estar esperando a eliminar el linaje que eres más tarde. A este Zhou se le confió, así que al menos te llevaré al lago Tai con todas tus extremidades intactas. 

Las pupilas de Zhang Chengling giraron despacio y luego se contrajeron. Sus dos manos cubrieron la cara, se hizo un langostino y luego empezó a aullar. Sus chillidos le dieron dolor de cabeza a Zhou Zishu; pensó en regañarlo un poco, pero, en realidad, no se pudo armar de valor para hacerlo. Persuadir a un niño tampoco era algo que no haría, así que se sentó en silencio por un minuto y después se puso de pie para dirigirse a la puerta. 

Su intención original fue revisar la estatua de Buda que había derribado. Con la forma en que quería acumular méritos, su blasfemia contra el Buda no era algo bueno, así que estuvo pensando en una manera de volver a poner la estatua en su lugar. Sin embargo, Zhang Chengling pensó que iba a salir. Se hizo rodar, se levantó, se lanzó adelante a la velocidad de vuelo y abrazó la pierna de Zhou Zishu, diciéndole nerviosamente: 

—Tío... Tío Zhou, no... no se vaya... yo... yo...

La forma en que se veía, al quedarse sin poder emitir ni una palabra, era extremadamente lamentable. Aunque había conocido a Zhou Zishu por casualidad, no tenía nadie más en quien confiar ahora mismo. Virtualmente, lo veía como el Buda que salva vidas él mismo. 

Zhou Zishu le dio una mirada inexpresiva. 

—Los hombres tienen oro bajo las rodillas³⁷. ¿Nunca te lo dijo tu padre? —le preguntó con monotonía. 

Después de sorprenderse por un rato, Zhang Chengling de repente se sintió bendecido en el fondo. Se limpió duro la cara, con sus mocos y lágrimas que se mancharon de su manga. 

—Venerar a los cielos, a la Tierra, al emperador, a la familia y al maestro es lo correcto. Ya que usted es mi gran benefactor, Tío Zhou, ¡permita que este Chengling lo venere como maestro!

Cercanos, Wen Kexing y Gu Xiang observaron con gran interés. 

—Oye, ese mocoso fue un idiota inútil ayer. ¿Cómo se volvió tan inteligente de repente? —comentó Gu Xiang en voz baja. 

—Levántate —Zhou Zishu tuvo que decir. 

—Maestro³⁸, ¡no me levanto si no está de acuerdo! —le dijo Zhang Chengling tercamente—. ¡Aniquilar a toda mi familia es gran enemistad! Si no me vengo, ¡¿qué tipo de persona sería yo, Zhang Chengling?! Maestro... 

Poco dispuesto a seguir escuchando su gran retórica, Zhou Zishu lo agarró por los hombros y lo levantó del suelo como si fuera un pollito. 

—Soy un inválido que va a ser enterrado pronto, viviendo día a día. ¿Qué incluso te puedo enseñar? He oído hablar de que el héroe Zhao Jing del lago Tai es un viejo amigo de tu padre. Te llevaré allí, y no habrá necesidad de preguntar; habrá gente en masa haciendo cola para enseñarte artes marciales que te ayudarán a vengarte.  

Después, se dio la vuelta, circuló poder en las manos para recoger la estatua grande por la cintura, caminó hacia la mesa de incienso y usó fuerza para volverlo a colocar en su lugar original. Al corear repetidamente «he pecado», juntó las manos rezando y luego hizo una reverencia dos veces de forma inadecuada. Cuando miró atrás a Zhang Chengling, dijo: 

—Levántate y ven aquí para que podamos ir. ¿No quieres vengarte? Necesitas encontrar al héroe Zhao pronto antes de que puedas hacerlo. Te llevo para buscar algo para comer. 

Al decirlo, se estiró la espalda como si no hubiera nadie más cerca, sonrió a Gu Xiang, ignoró a Wen Kexing y giró para irse, sin importarle si Zhang Chengling le seguía el ritmo o no. 

El último siguió parando allí, dañado, un minuto. Al darse cuenta de que el hombre de veras había salido, posteriormente se vio obligado a apresurarse a perseguirlo. 

Wen Kexing se frotó la barbilla con los dedos, pensando cuando les miraba la espalda de gran diversión. Con una palmada en el muslo, se puso de pie. 

—Vamos —le dijo a Gu Xiang—, los seguimos hasta el lago Tai. 

Gu Xiang guardó la sonrisa traviesa en la cara, mascullándose. 

—Amo —le dijo en voz baja después—, aquel Zhang Chengling dijo que fueron los Fantasmas de la Cresta de Bambú Verde que aniquilaron a su familia, y también que aquel Fantasma Ahorcado, Xue Fang, estuvo allí. 

Wen Kexing le dio un vistazo sencillo. 

—¿Sí? ¿Y?

Se sorprendió ella. Al ver que desde entonces se había marchado al exterior, rápidamente alcanzó, con cara seria. 

—Aquel Fantasma Ahorcado claramente fue falso al ser matado a golpes por mí ayer. Amo... ¿supiste algo de antemano?

—A-Xiang... 

Wen Kexing la miró, pareciendo que aquellos ojos iban a absorberla dentro. 

De inmediato, ella bajó la cabeza y dijo en voz baja: 

—Vale. Esta criada habló demasiado. 

En aquel momento, la chica que no temía nada se puso blanca, con una expresión claramente de pavor. Wen Kexing la miró fijamente, después de lo cual apartó la mirada con satisfacción y avanzó. Gu Xiang todavía lo seguía no muy lejos detrás de él. 

—Seguimos al que se apellida Zhou —ella oyó decir a Wen Kexing por su cuenta—. Estoy seguro de que no lo vi equivocadamente; debe ser una belleza. Su cola de zorro inevitablemente se revelará durante este viaje. Y si no lo crees, A-Xiang, podemos apostar. 

Y, así, el viaje de Zhou Zishu estaba predestinado a no ser pacífico. 

Llevar a Zhang Chengling básicamente era como llevar un pedo con un hedor sin igual, donde una cantidad desconocida de moscas se sintieron atraídas a seguirlos zumbando en la carretera. Esta noche, Zhou Zishu eliminó a otro grupo de perseguidores; jugó con las dos piezas de plata en la mano, con su arrepentimiento que llegó demasiado tarde. 

Le quedaba la mitad de su fuerza marcial, como lo eran todas sus habilidades. Estas personas no eran nada que él no pudiera manejar; es que, con los Clavos de Siete Orificios dentro de él, su energía nunca tenía ánimos de hacerlo. No tenía paciencia para estos cabrones que cambiaban de turnos de «ser una molestia», independientemente de si era de día o de noche. Al luchar con los insectos en persecución, también desconfiaba de la pareja de amo y criada que inexplicable y lentamente lo había estado siguiendo desde ese día. 

Si estuviera solo, habría sido fácil de hacerles perder el rastro, pero llevaba una carga consigo. Además, no estaba claro de qué terreno sagrado provenía aquel Wen Kexing, ya que tenía algo de verdadero talento; a pesar de haberles hecho perder el rastro unas veces, menos de un día después, veía la cara muy golpeable del hombre otra vez. 

Zhou Zishu silenciosamente se llevó el cadáver de un hombre vestido con ropa negra que había tratado de tender una emboscada, después de lo cual regreso a su habitación y se sentó en un lugar oscuro para meditar de nuevo. Zhang Chengling no sintió nada, todavía roncando y soñando con fiereza. En estos días de guiarlo, sintió que el adolescente no tenía ninguna de las malas costumbres de un señorito; parecía que aquel niño, que había llorado fuertemente, prácticamente produciendo su propia agua, se había visto obligado a madurar de una vez después de experimentar este evento. 

No importa lo lento que fuera el viaje, nunca se quejó de nada. Zhou Zishu se lo decía algo, y luego hacía ese algo, siendo muy honesto, pero no podía hacer que ese bocado de «maestros» cambiara. 

"Si no se puede cambiar, entonces no se puede cambiar", se pensó. En cualquier caso, tan pronto como lo arrojara a los Zhao del lago Tai, se iría. Había planeado con cuidado dónde iba a visitar, cómo iba a visitar y adónde iba a ir; todavía le quedaban las Tres Montañas, las Cinco Cimas y unos grandes lagos por ver, así que no se dirigiría al norte. Había un viejo amigo suyo en Nanjiang al que aún no había tenido tiempo de visitar. No había forma de que se pudiera bajar a los Manantiales Amarillos sin visitarlo y decirle hola, pidiéndole una copa de vino para beber...

De repente, el joven en la cama comenzó a retorcerse, empapado de sudor. Esto le pasaba casi todas las noches. En apariencia, estaría bien, concentrándose con entusiasmo en tomar venganza adecuada y animarse el espíritu, pero la memoria de esa noche era para siempre una pesadilla que lo seguía como una sombra. 

Al suspirar, Zhou Zishu le dio un codazo para despertarlo. 

Zhang Chengling se incorporó con un grito, con sus ojos que miraban fijamente hacia delante. Solo reaccionó después de que un buen rato había pasado, dirigiéndose a Zhou Zishu para decir: 

—Tío Zhou... no quise hacerlo. 

Ni siquiera estaba tan viejo. Esa mirada completamente inyectada de sangre, aunque pura en sus ojos fue tan así que le pareció inexplicablemente familiar, lo que, de golpe, hizo que Zhou Zishu recordara a alguien en lo profundo de su memoria. 

Érase una vez ese alguien... que no había querido nada más que vagar por el Jianghu con él. 

Por lo tanto, no pudo evitar caer en aturdimiento. 

—Tío Zhou, no quise despertarlo con mi ruido. Solo es que soñé con mi papá... —le dijo Zhang Chengling con cuidado, con sus labios temblorosos que se pusieron azules y blancos—. Qué tal si... ¿Qué tal si me quedo levantado?

Zhou Zishu le dio una palmadita en el hombro, subconscientemente suavizando la voz. 

—No hay problema, duérmete. Si tienes otra pesadilla, te ayudaré. 

Al responder en voz baja, Zhang Chengling se metió en las mantas, sin embargo, sin consciencia sus dedos agarraron la manga de Zhou Zishu. 

El otro echó un vistazo significativo y profundo a su manga agarrada. Zhang Chengling sonrió con torpeza y luego dobló los dedos cuando los retiró. 

Justo en ese momento, parecía que alguien punteaba las cuerdas de un qin no muy lejos. Un tañido, y Zhang Chengling sintió como si el sonido explotara en los oídos como un trueno; su entrañas, por eso, temblaron, seguido de dolor insoportable, y gruñó, desesperadamente cubriéndose el pecho.




Notas de la traductora: 

37. 男人膝下有黄金 (nánrén xīxià yǒu huángjīn): es un modismo que se traduce literalmente a «los hombres tienen oro bajo las rodillas» y significa «un hombre no se arrodilla fácilmente frente a otros», «los verdaderos hombres no se arrodillan fácilmente» o «los verdaderos hombres no se rinden fácilmente». Quise usar la traducción literal porque parece un modismo. 
38. 师傅 (shīfù): shifu significa maestro, experto o instructor. 
















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